Gérard Bertrand: pasión, visión, innovación y branding para triunfar en la industria del vino
Una breve historia
Lo que comenzó como una pequeña propiedad familiar se ha convertido en una de las marcas de vino más reconocidas del mundo, manteniendo los valores tradicionales de la comarca al mismo tiempo que abrazando la innovación.
Su presidente y consejero delegado, Gérard Bertrand, lleva las riendas de la empresa desde 1989. Desde el principio, tuvo claro que quería combinar el respeto por las variedades autóctonas del Languedoc con técnicas de vinificación de vanguardia. A todo esto: "Ser fiel a la tierra y abierto al cambio" se ha convertido en su lema.
Además, Gérard Bertrand, lleva décadas experimentado con nuevas variedades de uva y procesos de fermentación, pero siempre bajo la premisa de realzar y potenciar el carácter único de cada viñedo.
"Hemos logrado este éxito en pocas décadas situando la naturaleza -tanto humana como medioambiental- en el centro de nuestra estrategia y toma de decisiones."
Por esta razón, Gérard Bertrand es la persona perfecta para liderar la transición de una pequeña bodega familiar a una prestigiosa marca internacional sin perder la esencia que la hizo grande. Su visión tanto del pasado como del futuro convierten a este grupo en un referente del vino francés en el mundo.
La pasión como motor del éxito
La historia de Gérard Bertrand es una lección magistral sobre cómo convertir una pequeña bodega familiar en una exitosa marca global. Tras la repentina muerte de su padre, asumió las riendas de la empresa a una temprana edad, impulsado por la pasión que ambos sentían por sus viñedos.
Desde el principio, supo que debía innovar para diferenciar su propuesta de valor. Apostó por la agricultura biodinámica, una apuesta arriesgada en esa época que hoy marca la pauta en el sector. Asimismo, viajó por el mundo para inspirarse en otros emprendedores visionarios como Robert Mondavi.
La clave: unir tradición y vanguardia
Anclado en las variedades autóctonas de su comarca, pero conectado a las nuevas tendencias, Gérard supo combinar lo mejor de ambos mundos. Ofreció vinos de calidad a precios asequibles que conquistaron paladares, apoyado por la labor pionera de sumilleres.
El networking, factor clave
Sus conexiones deportivas y el apoyo de figuras como Robert Skalli y Jean-Pierre Andlauers fueron determinantes. Su pasión despertó la confianza de grandes distribuidoras, lo que impulsó su expansión internacional.
El marketing experiencial como herramienta de crecimiento
"Para financiar esa transición propusimos invertir el 10 % de nuestro beneficio bruto anual en comunicación y eventos, con el objetivo de aumentar los ingresos un 50 % en tres años."
Gérard atisbó promover el vino como una vivencia global más allá del producto. Esa visión, unida a una apuesta por el marketing y la participación en eventos, multiplicó exponencialmente sus ventas.
"No logramos un crecimiento del 50 % en tres años, pero sí del 150 % en cinco."
Un legado en constante evolución
Hoy el Grupo Gérard Bertrand está presente en todo el mundo gracias a su liderazgo, riesgos calculados y don para conectar con las personas. Una historia que inspira a soñar en grande sin perder la esencia que nos hace únicos.
El poder del branding
"Mi reto era hacer algo con esta herencia, y lo he conseguido, primero aprendiendo de los expertos y luego construyendo mi red, estableciendo una visión y experimentando con nuevas ideas de producción y de branding."
El branding jugó un papel fundamental en la estrategia de crecimiento de Gérard Bertrand. Más allá de posicionar la marca, supo utilizarlo como herramienta experiencial para acercar el vino a las personas.
Sus iniciativas destacan la importancia de humanizar una marca y crear emoción alrededor de ella. Gérard comprendió que el vino trasciende lo meramente funcional: busca despertar sentimientos y favorecer la conexión humana.
Bajo esta premisa, elevó el valor de cada etiqueta más allá del producto en sí. Cada marca pasó a representar la identidad de cada viñedo, región y técnica de producción. Así envolvió al consumidor en la cultura y valores de su tierra.
También supo sacar partido a la segmentación de mercado. Alternó marcas prémium de alta gama con otras accesibles, multiplicando las opciones para todo tipo de consumidores sin perder coherencia.
Otro acierto fue involucrar a sumilleres como prescriptores de estas experiencias. Su apoyo catapultó el posicionamiento de sus vinos biodinámicos.
En definitiva, el branding le permitió crear comunidad en torno a su propuesta diferencial y liderar la transformación de Languedoc al panorama internacional. Además, el branding fue palanca de una estrategia 360° en cuyo epicentro siempre está el ser humano. En mi opinión, es un caso inspirador para cualquier empresa o emprendedor.
Marketing internacional para impulsar el crecimiento global de la marca
En la entrevista, Gérard Bertrand, menciona algunos aspectos clave sobre como el marketing internacional fue clave para seguir creciendo en otros mercados como los Estados Unidos.
"Nuestra visión era crear un nuevo paradigma orgánico para la industria vinícola del sur de Francia. Promoveríamos nuestro vino como una experiencia, lo que supondría pasar de ser un productor de vino con marcas propias que abastecía a un mercado mayoritariamente nacional a una operación internacional de marketing y ventas que ofrecía una amplia gama de vinos vinculados a la marca Gérard Bertrand."
Estos aspectos clave son:
- Reconoce que, para alcanzar su visión de redefinir los vinos de Languedoc a nivel mundial, necesitaba expandirse más allá del mercado local francés.
- Sus primeros pasos en el extranjero los dio vendiendo a algunos clientes en Bélgica y Dinamarca, gracias a contactos previos.
- Identificó al mercado estadounidense como una gran oportunidad debido a su tamaño. Al quedarse sin su distribuidor, decidió importar directamente para controlar la estrategia desde dentro.
- Logró una alianza clave con Southern Glazer's, el mayor distribuidor de bebidas de Estados Unidos, gracias a su persistencia. Lo que le permitió captar clientes en otros 17 estados.
- Actualmente, es el mayor productor francés en el mercado estadounidense, exportando unas 600.000 cajas al año.
- También creó la marca Naturae para posicionar sus vinos orgánicos de entrada en el exterior.
Su visión y su perseverancia y adaptabilidad cultural le facilitaron construir puentes para llevar su propuesta de valor a consumidores de todo el mundo. Un caso inspirador de marketing internacional enfocado en las personas.
Conclusión
La trayectoria de Gérard Bertrand demuestra que con visión, innovación constante y un enfoque humano en todo lo que se hace, es posible alcanzar el éxito global partiendo de modestos orígenes.
Su apuesta por la agricultura biodinámica marcó un antes y un después, al igual que promover el vino como una experiencia integral más allá del producto en sí. Supo interpretar las tendencias para ofrecer opciones a todos los públicos sin perder la esencia de cada viñedo.
Destaca también su habilidad para trabar alianzas y su perseverancia a la hora de abrir nuevos mercados. Todo ello gracias a la pasión que transmitió a lo largo de los años. Un ejemplo para seguir por todo emprendedor o pyme que sueñe en grande trabajando de la mano de la comunidad.
Por otro lado, esta inspiradora historia demuestra el poder que tienen valores como la visión, la pasión y la perseverancia a la hora de liderar un proyecto empresarial. Asimismo, Gérard Bertrand supo desde el primer momento que el branding, el marketing experiencial y la internacionalización eran los mejores aliados para alcanzar el éxito global.
Por otro lado, y desde el inicio, comprendió que la marca iba más allá del producto y plasmó la identidad de cada viñedo para generar emoción en los consumidores. Asimismo, vislumbró el potencial del marketing experiencial para presentar el vino como una forma de arte y cultura capaz de reunir a las personas.
También supo interpretar las tendencias rápidamente para segmentar su propuesta de valor y llegar a todos los públicos objetivo. Como ejemplo, destaca su visión pionera al crear experiencias diferenciales como Clos du Temple que transmiten valores.
No menos importante resultó su habilidad para abrir mercados internacionales gracias a una estrategia enfocada en la calidad humana por encima de lo meramente comercial. Un enfoque experto que le permite seguir cosechando éxitos en todo el mundo.
En resumen, Gérard Bertrand es un referente de cómo llevar una pequeña producción local a lo más alto gracias al trabajo en equipo, la constante innovación, el uso del branding, el marketing y una estrategia con propósito para mejorar vidas. Un legado digno de admiración.
Fuente: The CEO of Gérard Bertrand Group on Turning a Family Wine Bussiness into a Global Brand - Harvard Business Review (January-February 2024).
Imágenes: B2B Wine Network - Harvard Business Review